Hace cinco días que los vecinos del barrio 20 de Junio (ubicado en la zona sur de la ciudad) no pueden pegar un ojo por las noches. Temen que si lo hacen, se despierten sin su cancha de fútbol (San Isidro Labrador 501) y con vecinos no deseados.
Desde el domingo unas 60 personas intentaban ocupar el predio del Club Social y Deportivo 20 de Junior, institución fundada hace 51 años.
El intento de usurpación se frustró porque los vecinos salieron a defender el club. “Entre 200 y 300 personas nos reunimos y les dijimos que no íbamos a dejar que se metan”, contó Elvio Rojas, presidente de la institución.
No se produjeron enfrentamiento ni heridos, ya que la Policía intervino y logró dispersar a los usurpadores. “Estaban endemoniados, nos sentíamos como esos días en que fueron los saqueos”, afirmó Jesús Rojas, vicepresidente de la entidad.
A partir de ese día, la comisión directiva, los jugadores y demás vecinos realizaron rondas de vigilancia nocturna.
“Nosotros entendemos a la gente que no tiene vivienda, pero ellos tienen que entender que no pueden edificar acá. El lugar no les pertenece, es del barrio”, expresó Gabriel Caro, secretario de la comisión directiva.
El club tiene distintas divisiones (infantiles, primera y veteranos). Unos 240 jugadores de diferentes edades componen la plantilla. Se encuentra afiliado a la Liga Tucumana de Fútbol, aunque nunca pudo jugar en su cancha ya que no reúne las condiciones necesarias (hace de local en Argentinos del Norte). Los problemas económicos obligaron al club a dejar la competencia en inferiores. “El único ingreso que tenemos es una cuota mínima que aportan los socios y algunos vecinos. Es costoso participar en la competencia, por lo que tuvimos que dejar de jugar en infantiles”, lamentó el presidente.
Los problemas no borraron la ilusión del secretario Caro: “nosotros tenemos un único sueño: ver a la primera del club jugar acá, en nuestro barrio”.
La dirigencia no quiso señalar culpables del intento de ocupación por miedo a sufrir represalias. Pero mencionó que hay un político detrás de este hecho. “No quiero dar nombres porque no queremos politizar la situación, no queremos política”, sentenció Caro. Sin embargo, los vecinos responsabilizaron a Carlos “Alito” Assan, secretario de Saneamiento Ambiental de la Provincia, como el orquestador de la situación.
Assan se desligó de las acusaciones: “no tengo nada para decir. Ni tengo dirigentes que trabajen en esa zona. Es una mentira”.
En defensa de la salita
Hace 11 años que en las instalaciones del club funciona un jardín de infantes. “Es el único que tiene salitas para chicos de tres y cuatro años. Está dirigido a la gente de bajos recursos que debe salir a trabajar y no tiene con quién dejar a sus hijos”, explica Daniela Díaz, maestra jardinera.
El lugar alberga 60 chicos del barrio, divididos en dos turnos (mañana y tarde). Se les brinda clases de religión, educación física y hasta cocina. Es gratuito. Las maestras y las auxiliares son voluntarias.
Cecilia Castillo, maestra auxiliar, comentó que este problema se suma al de los robos: “dejamos de dar clases de música porque se robaron el equipo y la maestra se quedó sin su herramienta de trabajo”. Díaz, por su parte, indicó que muchas veces debe llevar y traer elementos de su casa: “llevamos y traemos los ventiladores para que no los roben”.
Estela Rojas, residente del barrio, se mostró preocupada por lo que puede sucederle al jardín si llega a ser ocupado. “Los usurpadores parece que no quieren que esto funcione. Es importante, les da contención a los chicos”, aseveró.